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• miércoles 9 marzo, 2011

El 7 de Marzo de 2010 fue asesinada en la ciudad de Córdoba Natalia Gaitán, de 27 años de edad, al recibir una perdigonada que le disparó el padrastro de su novia. A un año de este espisodio de violencia para nada aislado, desde el Programa de Estudios sobre Acción Colectiva y Conflicto Social queremos compartir el pronunciamiento realizado por los compañeros de Incorporaciones:

Natalia Gaitán no pisó nuestras aulas. No vino a nuestras clases teóricas o prácticas, no investigó esto o aquello.  La Pepa no leyó los libros que recomendamos, y no dejó sobre nuestro escritorio la hoja de un parcial.  La Córdoba en la que ella vivía no era esa ciudad que damos en llamar “universitaria”.  Porque no quiso. Porque no pudo. Las razones no hemos de saberlas nunca, como tampoco sabremos mucho más de lo que cabe en una noticia fúnebre.  Sobre todo, no sabremos nada de su futuro, acribillado en plena calle hace justamente un año.
Los próximos días pediremos justicia.  Saldremos a exigir que nunca más ninguna otra Pepa Gaitán sea violentada en forma alguna. O acompañaremos esa exigencia desde cualquiera sea nuestro espacio. Y, sobre todo, nos comprometeremos.
Nos comprometeremos a defender y celebrar la diversidad de cuerpos, identidades y sexualidades.  La diversidad de expresiones de lo masculino y lo femenino que encarnan nuestr*s compañer*s, nuestr*s alumn*s, nuestr*s colegas, nuestr*s

maestr*s. Nos comprometeremos a reconocer las distintas formas de la exclusión, y por eso precisamente nos comprometeremos a abrir nuestras aulas, y a abrirnos, comprometidamente, a la realidad que las circunda. Nos comprometeremos a investigar, a aprender y enseñar, a trabajar restándole todos los días posibilidades al miedo y a la violencia. Nos comprometeremos a construir espacios distintos –escuelas, museos, centros, facultades, universidades donde la brutalidad de la lesbofobia sea reconocida y, de una vez, enfrentada. Universidades donde la lesbofobia no tenga lugar.

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